Desarrolladores y agentes inmobiliarios opinan sobre el impacto en el mercado del reciente paquete de medidas económicas.
La ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva en el marco de la Emergencia pública, que entró en vigencia a días de finalizar 2019, establece una serie de medidas que afectan de diferente manera al sector inmobiliario. Entre otras, la reglamentación impone a la compra para atesoramiento de moneda extranjera yalimitada durante el gobierno de Macri a 200 dólares- un recargo del 30%, y lo mismo sucede para las compras en el exterior. Además, declara la emergencia en nueve áreas, lo que faculta al Poder Ejecutivo a tomar decisiones en materia económica, financiera, fiscal, administrativa, previsional, tarifaria, energética, sanitaria y social.
El ingeniero Diego Balan, socio de Grupo Uno en Uno, afirma: `En el corto plazo, las medidas restrictivas demoran la toma de decisión de compra de la mayoría de los inversores y consumidores finales. En el mediano plazo somos optimistas, porque al ofrecer una modalidad de venta con cuotas en pesos ajustables por el índice de la Cámara Argentina de la Construcción, la demanda se inclinará por poner la plata en ladrillos, que es un activo de valor dolarizado`.
`Creemos que son medidas difíciles de tomar, necesarias por el requerimiento del país de afrontar vencimientos de deuda`, señala Federico Rosbaco, socio director de la firma que lleva su apellido. Y aclara que entiende que son temporarias, ya que el país necesita normalizar su situación macroeconómica. `Creo que todos tenemos que aportar, cada uno con lo suyo`, agrega.
En el mismo sentido opina Ari Milsztejn, titular de la desarrolladora rosarina G70: `La ley, en líneas generales, tiene lo que le llamamos buenas intenciones, esto es, activación productiva y sostenibilidad fiscal. Todo eso suena muy bien pero hay que esperar a que las cosas funcionen en un país con clima cambiante y falta de previsión general`.
Desde su rol de agente inmobiliario, Francisco Altgelt, vicepresidente de Altgelt Negocios Inmobiliarios, tiene una percepción distinta. `Claramente no son buenas noticias, a pesar de que era imaginable la continuidad de la restricción a la compra de dólares`.
Con una cantidad de operaciones en niveles históricamente bajos durante 2019, el mercado todavía evalúa cuál es el comportamiento más adecuado. Si conviene esperar para vender (el que puede) o resignar un porcentaje del valor que, durante los últimos meses del año pasado, algunos inmobiliarios juzgaron elevados. Al respecto, Altgelt reflexiona: `El propietario que necesita vender sabe que recibirá contraofertas de un 15% del valor de publicación. Obviamente nadie quiere ´regalar´ su propiedad, pero si quiere vender no tendrá otra opción que escuchar esas contraofertas. Quien vende para comprar suele aceptar estas condiciones porque es muy probable que en su compra rebaje ese mismo porcentaje`.
Los desarrolladores coinciden en que la flexibilidad es un requisito básico para mantenerse activo. `Siempre estamos recalculando; empezamos proyectos con un dólar de $ 30 y eso hace que estemos siempre atentos a la jugada antes que suceda, lo que nos da una gimnasia única en el mundo`, asegura Milsztejn.
Rosbaco, en tanto, confirma que el 30 % sobre la compra de dólares para ahorro afecta al negocio, aunque `es tiempo de adaptarse a los cambios. Estamos acostumbrados a acomodarnos a la coyuntura y eso es lo que estamos haciendo`. Diego Balan, se expresa en el mismo sentido: `Cada medida implica un nuevo análisis y nos hace corregir el rumbo para llegar a tiempo y bien, a destino`.
Milsztejn considera que esta plasticidad tiene su recompensa, en tanto `la propiedad siempre se recupera`. Hoy, el desarrollador ve `una oportunidad de entrada para inversores de pozo con apreciación segura debido a la baja del costo de obra`.
En los casos consultados, la Ley de Solidaridad Social no bloqueó ni las obras en construcción ni la previsión de nuevos lanzamientos.` ACTIVO. Vitta, un proyecto en Palermo de Grupo Uno en Uno.